Los seres humanos que aspira a formar el Colegio Antonino serán conscientes de la deuda de todo hombre y toda mujer con la sociedad, con los otros y con la vida en tanto habitante y beneficiario del mundo y de la tierra, lo que implica construir sentidos vitales, haciendo de su propia existencia una obra por sí y para sí, pero que a su vez sea legado para otros actuales o posibles.
Hombres y mujeres que hallen en el servicio a los demás, en la ciencia, la tecnología y el arte verdaderas fuentes de gratificación y de gozo, vías para ser más que para tener. Hombres y mujeres que estén a la altura de las exigencias de su tiempo, conscientes de la urgente necesidad de defender el medio ambiente; poniendo al servicio de dicha causa su sensibilidad, su voluntad y sus conocimientos. Que se consideren ciudadanos globales sin olvidar nunca sus raíces.
Los hombres y las mujeres formados en Antonino no podrán ser indiferentes a la violencia y a la injusticia que aqueja al mundo contemporáneo y cualquiera que sea su camino, sabrán que la tolerancia, la solidaridad y el trabajo son indispensables en una sociedad que aún siendo universal, planetaria y tecnificada, debe proteger y defender la vida en todas sus formas, para poder seguir creando, creyendo y soñando.