Perfil de los estudiantes
El estudiante de Antonino, debe asumirse como un ser en permanente formación, capaz de defender su derecho a la felicidad, a través de la construcción de sentidos para su existencia. Debe enfrentar con entereza de espíritu las dificultades que se le presenten sin perder su dignidad, con propósitos firmes para concluir sus proyectos; dispuesto a responder por las consecuencias de sus actos.
Un estudiante que valore el conocimiento como una posibilidad para la libertad; con flexibilidad de pensamiento para aceptar la diferencia que implica la otredad. Pero sobre todo, un ser humano justo y bondadoso, con un profundo sentido de lo social, comprometido con la ciencia, el arte y la vida en todas sus formas.
Perfil de los docentes
El docente del Colegio Antonino debe tener clara conciencia de su responsabilidad social, estar dispuesto a cualificarse cada día, cultivando un espíritu humanista y asumir su condición de intelectual de la pedagogía, pero abierto al mundo de la vida para nutrir permanentemente su creatividad, su imaginación y su capacidad crítica.
Debe ser referente de identidad para sus estudiantes, pues “se enseña más, con lo que se es, que con lo que se sabe”; por ello debe mantener una alta exigencia ética y estética en consonancia con la filosofía institucional. Debe legitimarse como figura de autoridad frente a los estudiantes a través de su pasión por el conocimiento y su vocación por la pedagogía.
Perfil de los padres y madres de familia y acudientes
El padre y/o la madre de familia de Antonino, debe asumirse como protagonista central de la formación de sus hijos (as). Comprometerse por tanto a acompañarles en sus procesos de desarrollo socio-afectivo y cognitivo pero al mismo tiempo trabajar en su propio crecimiento personal, pues son los espejos o referentes fundamentales, en la construcción de hábitos, normas rutinas rituales roles y valores de sus hijos (as).
Deben velar, además, por mantener la coherencia con la filosofía y los principios pedagógicos de la institución, ser padres y madres que confíen en las recomendaciones que tienen como fin el bienestar de los educandos. Resolver los conflictos por la vía del diálogo y la crítica constructiva. Padres y madres conscientes de la necesidad de promover valores de honestidad, tolerancia, solidaridad y respeto, dentro del entorno familiar y social. Capaces de enfrentar con dignidad y entereza las dificultades, de afirmar la vida en toda su complejidad, y sin renunciar a los principios ético-morales necesarios para vivir dignamente, honestamente.